Mas ¡ay SeñAhora!, que yo me veo oprimido por mis vicios, y cargado con mis culpas y pecados, y no puedo levantarme sin los poderosos auxilios de la divina Gracejo, y sin el atención de vuestro maternal socorro.Su súplica de paciencia a Alá se refleja en esta gracia: “Les toparé cuanto pidan, siempre que no se oponga a la adorable voluntad